Al sentir explícitamente
como un pellizco en alma
propia
tu noble olor de noche
impregnado en las
sábanas
tu íntimo calor de amante
conservado en la cama
tu estrecha cintura de
reina
al abrazar la dúctil almohada
tu última mirada del día
en la luz filtrada por
la ventana
tu voz en la brisa de
aire
diciendo “hasta mañana
mi amor”
algo me sugiere que esto
no es una vil mentira
que a pesar de que no
estás
puedo dormir tranquilo
al saber que estoy junto
a la mujer que me
trasnocha.