Me paro frente al espejo
y me pregunto si el
hombre
que se refleja frente a
mí soy realmente yo
o un tipo inversamente
igual a mí
una ilusión óptica
carente de sustancia y contenido
no recordaba que fuera
así
un hombre hecho y
derecho
con barba espesa y pelo
en pecho
con más defectos que
virtudes
de carne y hueso
con alma que trasciende
toda circunstancia
parado en este planeta
que se llama tierra
capaz de llorar y de
reír
si tan sólo hace poco
apenas era un niño
aunque esté hablando en
término de años
haciendo travesuras sin
medir consecuencias
imaginándome historias
imposibles
y metiéndome en
problemas por no obedecer a mis padres
y ahora ese mismo niño
está atrapado en ese cuerpo
ajeno y desconocido
queriendo salir a jugar
bajo la lluvia otra vez
pero lamentablemente ya
es muy tarde
el tiempo ha pasado a
toda prisa sin avisar
y se refleja delante de
mi diciéndome en tono grave: eres tú
el hombre que en esa
mujer ha encontrado su otra mitad
el complemento perfecto para
una nueva etapa en la vida.