Esta noche pienso en ti
mientras tú, cenicienta,
tranquila como siempre,
impasible como la laguna
lejos de aquí, de mi alcance;
ajena a mis locos planes
eres presa del dios Morfeo.
El viento sopla inconsolable
golpea tu ventana con insistencia,
espera despertarte sin sobresaltos
lograr tu compasión y lástima,
que lo dejes entrar a tu morada,
lo adoptes como un huérfano
porque soy yo el que ha llegado.
Pero tu inercia genética;
ese corazón forjado con hierro
impiden que pueda tocar tu alma;
sin aire en los pulmones
decido dejarte tranquila
regresar por donde vine
lanzarme desde un puente.