CUPIDO


Sus cartas no eran buenas
audacia y estrategia utilizó
como un gran tahúr
la partida en el juego ganó.

La noche sensual comenzaba
su trayecto por el firmamento
cuando una estampida desenfrenada
de miradas lanzó sobre él
dejándolo aturdido
ante aquel desprevenido alud.

Robó completamente su atención
con aquel brillo incandescente     
de sus estrellas indecentes.

Suavemente se acercó a él
como un gato acechando una mariposa
cautivándolo con sus delicados movimientos
jugando con su cabello largo hasta su espalda
abanicándolo de lado a lado
mientras se lo soltaba.

Luego la luna se descubrió
de su ropa de nubes
mostrando sus brazos
y la forma perfecta de su cuerpo
tallando el relieve de sus senos
en la blusa blanca que llevaba puesta.

Encandiló el alma de su victima
adueñándose de sus instintos.

Por la abertura de su falda
mostró sus piernas perfectas
como las de una guerrera amazona
sus muslos provocativos
como el agua en el desierto
las curvas de sus nalgas
se marcaban debajo de su manto.

Desplegó su perfume primaveral
de rosas y jazmines
acelerando sus hormonas
como abejas enloquecidas
atraídas por su olor.

Una leve llovizna
con sabor a licor
hizo caer sobre su boca
cegándolo por completo.

La noche se consumió
entre apuesta y apuesta
al igual que el cuerpo de ellos
entre caricia y caricia.

Él se quedó con el botín mayor
encontró su punto débil
su patrón de juego
y disparando flechas la conquistó

Sus cartas no eran buenas
audacia y estrategia utilizó
como un gran tahúr
la partida en el juego ganó.