A SANGRE Y FUEGO


Los tambores de la guerra
retumbaban por el campo abierto
como los truenos antes de la tormenta.

Las tropas formadas en pelotones
marchaban decidas
al frente de la ofensiva.

Los jinetes de la armadura
cabalgaban temibles
luciendo espadas y lanzas.

Su mente codiciosa
dirigida solamente
a la conquista de nuevos territorios.

Cuando vi llegar las tropas invasoras
mi cuerpo se quedó estupefacto
ante el ataque despiadado
de su cruel ternura.

El fuego de sus antorchas
consumía ávidamente
todo a su paso.

Los cortes longitudinales de sus espadas
mutilaban sin piedad piernas y brazos.

Las heridas de muerte de sus lanzas
abrían agujeros profundos en la carne.

Todo era confusión
todo era caos.

Se mezclaban
los gritos de terror con las llamas
el llanto con la sangre
los cuerpos con el humo
el día con la noche
su rostro con la luna.

La devastación fue total
la invasión estaba consumada
sin reacción
sin oposición
la única oportunidad de vivir 
fue entregando mi corazón
como esclavo al enemigo.

Ahora sus dominios se expanden
por el vasto continente de mi ser
ahora mi alma
está a merced de su imperio.